LA SIBILA DEL RIN: HILDEGARDA DE BINGEN (1098-1179)
Han pasado nueve siglos desde que Hildegarda iluminó su mundo medieval y durante todo este tiempo poco se ha hablado de ella. Buscando información sobre el misticismo en los siglos centrales de la Edad Media, me topé con la historia de esta mujer más que excepcional. Desde los muros de un convento y más allá de ellos, con el hábito de religiosa, Hildegarda ocupó su existencia en escribir sobre temas tan distintos como el cosmos, la medicina, la música o el amor místico de Dios. Una vida predestinada al monacato Hildegarda nació el 16 de septiembre 1098 en el seno de una familia de la nobleza local del Palatinado. Era la décima hija. Con ocho años fue confiada al monasterio de Disibodenberg donde vivía Jutta, quien sería su preceptora. Jutta enseñó a Hildegarda a leer y escribir. A los catorce años, la noble niña decidió convertirse en religiosa convirtiéndose en una monja más del monasterio benedictino. Cuando Hildegarda aun no había cumplido los cuarenta años sucedería a