VANDANA BAHADUR MAIDA
Poca gente de su tranquila aldea podría haber imaginado que esta mujer madre de tres hijos y ama de casa durante más de diez años estaría un día construyendo puentes y escuelas. Ese es, sin embargo, el oficio de Vandana Bahadur Maida en Khankhandvi, un pueblo muy poblado del estado de Madhya Pradesh, en la India. Pese a la oposición de su familia y a las normas culturales que definen el lugar de la mujer en la sociedad, fue electa presidenta del consejo comunal del pueblo, convirtiéndose en la primera mujer sarpanch [líder comunitaria]. Su elección supuso toda una novedad tanto para el pueblo como para la familia de Vandana, quien sustituyó a su marido en el consejo comunal, del que fue miembro sin llegar a ser nunca líder.
En la India, la aplicación de cuotas ha generado uno de los resultados mundiales más exitosos en cuanto a empoderamiento de las mujeres y democracia comunitaria. Hace tan sólo diez años, las mujeres representaban menos del 5 por ciento de los líderes electos de consejos comunales. Hoy en día, más del 40 por ciento de líderes locales comunales son mujeres, lo que eleva el número de mujeres líderes en el ámbito rural a más de un millón.
Mientras los demás aldeanos siguen con su rutina cotidiana, trabajando el campo, cargando agua o tomándose un respiro en las calurosas tardes de verano, Vandana está determinada a lograr con sus planes un cambio duradero para su comunidad. Está concienciando al consejo comunal acerca de los programas estatales susceptibles de apoyar las iniciativas de saneamiento, salud y educación en su aldea. Gracias a los excelentes resultados registrados, hoy se le considera una líder que cumple las promesas. El consejo que dirige ha construido un estanque en el pueblo para luchar contra la constante escasez de agua que padece su comunidad, así como la primera escuela del pueblo, para que las niñas y los niños no tengan que abandonar la escuela, tal y como tuvo que hacer Vandana al terminar de cursar la secundaria.
¿Qué diría que fue lo más importante que le permitió llegar adonde se encuentra hoy?
Mi interés por el desarrollo social, la experiencia política de mi marido como miembro del panchayat [consejo comunal], el apoyo de mi familia y, sobre todo, la orientación técnica proporcionada por ONU Mujeres a través de la formaciones sobre las disposiciones referentes a programas estatales; todo ello me ayudó a desempeñar mis funciones y responsabilidades de sarpanch (líder comunitaria) y echar abajo hasta el último obstáculo al desarrollo del panchayat.
¿Cuáles fueron algunos de los mayores obstáculos que tuvo que afrontar hasta llegar adonde está hoy?
Los miembros de la comunidad se opusieron a mi candidatura al cargo de sarpanch. No concebían que una mujer pudiese dirigir el consejo comunal. Mis parientes tampoco estaban a favor de mi candidatura como líder comunitaria. Anteriormente, mi marido había sido miembro del mismo consejo comunal, de modo que muchos miembros de la comunidad formularon objeciones porque les preocupaba que pudiese ocupar un puesto superior al de mi marido.
¿Podría hablarnos un poco de su infancia, de sus ambiciones, de quiénes le inspiraron o influyeron para convertirse en lo que es hoy?
Mi propósito era trabajar en el desarrollo de mi comunidad y contribuir a ello dentro de mis capacidades. Soñaba con hacer algo por mejorar la educación. Por suerte, tuve la oportunidad de participar en las elecciones del panchayat; las gané por un amplio margen, lo que finalmente me permitió trabajar en beneficio de mi comunidad.
¿Ha influido en su recorrido el hecho de ser mujer? ¿Cómo?
Al principio, en la disputa electoral por el cargo de sarpanch, no estaba muy segura de que una mujer pudiese conseguirlo. Los miembros de la comunidad no habían imaginado siquiera que una mujer pudiese ocupar el cargo y ejercer esas funciones y responsabilidades. Fue algo insólito para los miembros de la comunidad. Pero con el apoyo de mi marido, decidí presentarme a las elecciones. Expuse mis planes para el panchayat y los trabajos de desarrollo a los miembros de la comunidad. Al final, acabaron apoyándome y salí ganadora por un amplio margen.
¿Cómo lleva el hecho de ser una de las pocas mujeres que trabajan en este ámbito, predominantemente masculino?
¡He tenido tantos problemas en mis primeros días como sarpanch! Los miembros varones se oponían a las medidas que presentaba y a mis decisiones porque desconocía por completo las funciones y responsabilidades de sarpanch y las disposiciones de los programas estatales. Pero más tarde, desarrollé mi capacidad para entender estos temas y ahora cuento con el apoyo de los miembros de la comunidad en cada actividad del panchayat.
En su opinión, ¿cuál es su mayor contribución a la sociedad/su comunidad?
He llevado a cabo muchos proyectos de desarrollo en mi panchayat, incluida la excavación de muchos pozos, la instalación de bombas manuales así como la construcción de carreteras y aseos en la aldea. Algunas de las obras más importantes a las que he contribuido fueron la construcción de un estanque en el pueblo (dado que la escasez de agua era el mayor problema del consejo), la construcción de una escuela primaria (porque no había ninguna y estaba muy interesada en fomentar la educación y en ofrecer oportunidades educativas a las niñas y los niños del pueblo) y la construcción de centros anganwadi, centros de cuidado infantil patrocinados por el gobierno, en las faliyas [áreas] administradas por el consejo que lo necesitaban. Más importante aún, he conseguido que la gente se preocupe y se interese por la educación, la higiene y la participación en las gram sabha [asambleas rurales]; ahora entienden la importancia de la educación, la importancia de tener aseos en casa y la importancia de participar en esas asambleas. Desde entonces, la gente participa activamente en las asambleas, plantea sus problemas y presenta peticiones relacionadas con diversos programas estatales. Creo que este es mi mayor logro.
¿Qué le diría a la juventud? ¿Qué pueden aprender de su experiencia?
Que hagan lo que creen que es mejor para ellas y ellos. Que crean en sí mismos. Que aprendan los conocimientos técnicos necesarios para lo que desean hacer y, por último, que dejen que los demás critiquen sus esfuerzos; ya los apreciarán seguramente cuando alcancen el éxito.
¿Qué les diría a las mujeres y niñas que puedan sentirse motivadas por su recorrido y sus logros?
Que crean en sí mismas. Que hagan lo que tienen pensado hacer. Los miembros de esta sociedad patriarcal se opondrán indudablemente a cualquiera de sus acciones. Las criticarán, se burlarán, pero al final, son ellas quienes tienen que llevar a cabo sus propios planes. Una vez logrado el éxito, todo el mundo empezará a valorar sus esfuerzos. Sólo tienen que concentrarse en su labor y hacer lo máximo posible.
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