Hasta una marxista y ultrafeminista como Lidia Falcón ve que los vientres de alquiler son una práctica mafiosa
Impulsora del Partido Feminista de España en 1975. Una formación marxista-leninista, que no pudo ser registrada hasta 1981, y que en la actualidad forma parte de la comunista Izquierda Unida que lidera Alberto Garzón.
Lidia Falcón (Madrid, 1935) es una veterana política y escritora de izquierda, con dilatada trayectoria de activista. Licenciada en Derecho, Arte Dramático y Periodismo y doctora en Filosofía, es conocida por su defensa del feminismo en España, especialmente durante la época de la Transición.
La activista se ha mostrado en reiteradas ocasiones contraria a los vientres de alquiler.Tanto es así que el pasado mes de febrero escribió una carta abierta al dirigente de Podemos,Íñigo Errejón, titulada “Las mujeres no somos vientres de alquiler”.
Esto se produjo tras la palabras del actual responsable de Análisis Estratégico y Gobernanza de la formación morada, que se pronunció a favor de permitir los vientres de la mujer para satisfacer los deseos de aquellos que quieren tener hijos fabricados con su propio semen.
Sin embargo, la lucha de Falcón para que no se legalice la maternidad subrogada en España no cesa. Con motivo del Día Internacional de la Mujer en un artículo en el diario Público, Falcón volvió a denunciar esta práctica de explotación de la mujer. “Cuando aún no hemos logrado abolir la prostitución y situarnos entre los países avanzados moralmente, nos encontramos con que unos sectores del movimiento LGTB defienden legalizar “los vientres de alquiler”. Es decir, la mercantilización más absoluta del cuerpo de la mujer“, sentenció la feminista.
Actuall ha recogido los contundentes argumentos que dio Falcón a Errejón:
1. “Las mujeres no son vasijas, ni probetas, ni conejillos de indias”
La feminista asegura que las mujeres “no son vasijas, ni probetas, ni conejillos de indias para hacer experimentos con nosotras ni tenemos nuestros vientres únicamente como fábrica de niños”.
Al igual que indica que “los hombres tampoco son sementales”.
2. No se puede “disponer” del cuerpo de una mujer por dinero
“El derecho a la paternidad no significa que para ejercerlo se pueda disponer del cuerpo de una mujer, bombardeándolo con hormonas, insertándole un óvulo –propio o ajeno- fertilizado, y esperando que la gestación llegue a término para arrebatarle después el hijo, irreversiblemente. Y todo ello por dinero”, sentencia.
3. Es un drama para las mujeres pobres
Falcón insiste en que “la libertad de uno acaba donde comienza la de los demás” y añade que los vientres de alquiler son “un drama que asedia a las mujeres pobres de varias áreas del mundo”.
Asimismo, explica que se da especialmente en aquellas áreas “gobernadas por políticos que se han puesto al servicio de las grandes compañías farmacéuticas, de las agencias que buscan muchachas en las zonas rurales de la India, Pakistán, Bangladesh, Ucrania, para contratar, por una aportación miserable que le entregan la familia, sus ovarios, su matriz, su resistencia física; despreciando su dignidad humana como ser humano, sus sentimientos y emociones; de los machitos que quieren ser padre a costa de arrancarle el hijo a la mujer que lo ha gestado y parido”.
4. La adopción como alternativa
Falcón recuerda que “ser padre o madre, es un derecho pero no es una necesidad”. Además, señala que hay “millones de hombres y mujeres que no tienen hijos por diversas circunstancias”.
La presidenta del Partido Feminista de España apela a los hombres a que “no deben aprovecharse de la miseria, de la indefensión, de la inmadurez de pobres muchachitas para satisfacer ese supuesto deseo de paternidad”.
En este sentido, anima a los varones que quieran tener hijos a adoptar: “Si realmente lo que les impulsa es la generosidad de cuidar a un niño, en el mundo existen millones de criaturas que necesitan padres y madres”.
“Manipular el cuerpo femenino para fertilizarlo, embarazarlo y después sustraerle el ‘producto’ como si se tratara de que hubiera fabricado unos zapatos es infame”
5. Un nuevo modelo de esclavitud
“De la misma manera que en la esclavitud no solamente se utiliza la capacidad laboral del trabajador sino la persona misma, y por eso es infame, manipular el cuerpo femenino para fertilizarlo, embarazarlo y después sustraerle el ‘producto’ como si se tratara de que hubiera fabricado unos zapatos es también infame”.
Y espeta que las mujeres durante el embarazo “invierten sentimientos y emociones, esperanzas y temores, alegrías y miedos” ya que se trata “de una etapa trascendental en la vida”.
6. Los niños gestados nunca conocerán sus orígenes
“Esas criaturas fabricadas a petición de los padres no tendrán nunca conocimiento de sus raíces, de sus antecesores, de la historia, de la cultura, de la biografía de su madre y de la familia de su madre”, recuerda la feminista.
Además, subraya que a esos nuevos hombres y mujeres “se les priva del conocimiento de la comunidad humana de la que vienen. Fabricados como el mostrado de Frankenstein para dar satisfacción al deseo de quienes pueden pagarlo”.
Comentarios
Publicar un comentario