Josefina Molina, premio a toda una vida dedicada al cine





Josefina Molina (Córdoba, 1936) recibió el pasado lunes el VII Premio a la Cinematografía que concede la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) de manos del rector, César Nombela. El Consejo de Gobierno de esta universidad acordó otorgar el premio a esta directora y guionista en reconocimiento "a su dilatada y destacada trayectoria nacional e internacional" en el campo de las artes y ciencias audiovisuales.
La cineasta consideró que, "quizás", para las mujeres del sector audiovisual en España "se ha terminado el tiempo de la soledad" y se ha "sustituido por el tiempo de la solidaridad". También añadió que "si no se es aventurera no se puede dirigir cine ni escribir un libro".
La laudatio de la galardonada, que en 2011 obtuvo el Goya de Honor en reconocimiento a su trayectoria, ha corrido a cargo de la filósofa Amelia Valcárcel. "Es un privilegio que me premien por haber desarrollado un trabajo que tanto me ha gustado siempre: dirigir cine", dijo Molina.
En su discurso, la también escritora ensalzó la labor cinematográfica, que ha definido como "un trabajo muy especial que implica creatividad, comunicación y responsabilidad".
Molina, la primera mujer que obtuvo el título de directora de la Escuela Oficial de Cine en 1969, ha contado que su vida "ha sido una continua aventura" gracias a su trabajo. "El trabajo creativo es un juego, una aventura reparadora de los estragos de la realidad implacable, de manera que para mí, jugar con el cine ha sido también una terapia, lo mismo que lo han sido los guiones o las novelas", confesó.
La directora resaltó que ha vivido emociones que la han enriquecido porque la han hecho reflexionar y la han llevado a "comprender, compadecer y ser tolerante". Josefina Molina, que en el pasado impulsó la Asociación de Mujeres Cineastas y de Medios Audiovisuales (CIMA), reivindicó el derecho de expresión de las mujeres y la igualdad de oportunidades. También hizo un llamamiento al Gobierno, "que tan poco aprecio manifiesta por el cine" porque, a su juicio, es "precisamente ahora cuando hay que evitar que se pierda la fuerza de trabajo y la capacidad creativa de las mujeres".

Josefina Molina, por "un camino de coherencia"

Amelia Valcárcel elogió a Molina, de la que se declara admiradora: "El cine de Molina está tocado por el espíritu de la seriedad", ha señalado. También, según Válcarcel, se trata de una cineasta que "evita los modismos", "amiga de sus amigos" y "militante de buenas causas".
La filósofa repasó la trayectoria de Molina desde que fundó en su ciudad natal la compañía Teatro de Ensayo Medea, afirmando que desde sus primeros años hasta los últimos sus creaciones "han discurrido por un camino de coherencia".
Valcárcel también remarcó que la cineasta "no hizo películas falsas, ni imágenes falsas" y aseguró que no ha sido "cursi" en sus creaciones, alejadas de imaginaciones "tontas" o "irreales".
Por su parte, el rector de la UIMP manifestó que Molina creó su propio universo a través del objetivo de una cámara, recordando sus trabajos dramáticos para Estudio 1 y las series que ha dirigido. Antes de Molina, el Premio a la Cinematografía de la UIMP había recaído en Manuel Gutiérrez Aragón, José Luis Garci, Alberto Iglesias, Carlos Saura, José Luis Borau y Marisa Paredes. A todos ellos les entregaron una escultura que representa una claqueta, pero Molina, en esta edición de 2015, ha recibido una pieza de Sargadelos que reproduce una cámara de placas.

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