Helga de Alvear: «Solo vendí una obra en ARCO, pero seguiré apoyando la feria»
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Unas tres mil obras conforman ya la Colección Helga de Alvear, unas de las más importantes de arte contemporáneo de Europa. Hemos visto muchas de ellas como préstamos en exposiciones. Es el caso de la muestra que dedica, hasta el 23 de junio, el CAAC de Sevilla al artista y disidente chino Ai Weiwei, donde las piezas más espectaculares (es el caso de «Descending Light», la gran lámpara de cristales rojos que simula haber caído del techo, metáfora de la China comunista) pertenecen a su colección. l
Hace tiempo la galerista/coleccionista -tanto monta, monta tanto-recorrió media España buscando un lugar que acogiera su espléndida colección. Pese a resultar incomprensible, no le resultó nada fácil. En 2006 constituyó la Fundación Helga de Alvear. Finalmente, fue Cáceres quien se llevó el gato al agua: en 2010 se inauguró en esta ciudad extremeña el Centro de Artes Visuales Fundación Helga de Alvear. De momento, las obras las sigue teniendo en Madrid, guardadas en unos depósitos. Van viajando a Cáceres grupos de ellas, dependiendo de la exposición que se organice en cada momento. La próxima, que se inaugurará en junio, estará centrada en obra sobre papel.
En Madrid aún no habíamos visto una monográfica de su colección. El Ayuntamiento de la capital puso en marcha una serie de exposiciones, centradas en las grandes colecciones, bajo el lema: «Mecenazgo al servicio del arte». Se abrió con la muestra de la Colección Casa de Alba, que tanto éxito ha tenido. La segunda exposición de esta serie (del 24 de mayo al 3 de noviembre) está dedicada, precisamente, a la Colección Helga de Alvear. La comisaria, María Corral, ha seleccionado un centenar de piezas. Se han habilitado 1.600 metros cuadrados para su exhibición (más incluso que para las obras de la Casa de Alba). Su precio: 5 euros (la mitad que la muestra de los tesoros de los Alba).
Compromiso con el arte más radical
La selección que ha hecho María Corral incluye pintura, fotografía, vídeo, escultura, dibujo, instalaciones... En la nómina de artistas, nombres tan reconocidos como Olafur Eliasson, Ai Weiwei, Louise Bourgeois, Tacita Dean, Richard Deacon, Andreas Gursky, Günther Förg, Axel Hütte, Thomas Struth, Jeff Wall, Wolfgang Tillmans, Jenny Holzer, Roni Horn, Helena Almeida, Juan Muñoz, Santiago Sierra, Juan Uslé, Isaac Julian, Pipilotti Rist, Pedro Cabrita Reis, Francis Alys, Mathew Barney, Ángela de la Cruz, Elmgreen & Dragset, Candida Höfer, Eulalia Valldosera...
La casualidad ha querido que el primer acto oficial de Pedro Corral como nuevo delegado de las Artes, Deportes y Turismo del Ayuntamiento de Madrid sea esta exposición con las obras de Helga de Alvear, comisariada por María Corral, dos personas que conoció muy bien durante su etapa como periodista cultural en ABC. Pedro Corral subrayó la excelencia, calidad y exigencia en la trayectoria profesional de ambas, al tiempo que apostó por la continuidad en la línea de trabajo desarrollada por su antecesor en el cargo: Fernando Villalonga. «No voy a moverme un ápice en esa búsqueda de la excelencia, no vamos a bajar el nivel de calidad que ha habido hasta ahora. Madrid compite en la Primera División de la cultura y el arte».
Según María Corral, «se necesita ver en Madrid el arte que se está haciendo actualmente. Y ésta es una colección espléndida, un regalo para esta ciudad. Helga de Alvear tiene un fuerte compromiso con el arte más radical. No hay muchas instituciones en Madrid, aparte de las galerías, que muestren el arte que se hace en estos momentos».
Su vicio, el coleccionismo
Helga de Alvear, por su parte, dice que no colecciona géneros, sino obras: «Me da igual que sea una foto, una pintura, una instalación... Son tan importantes unos como otros. Ahora vamos a exponer en Cáceres obras sobre papel. La gente no sabe apreciar el papel. Lo realmente importante es aprender, aprender y aprender». Le preguntan cómo colecciona y si la exposición refleba bien su colección. «Tengo un vicio -comenta con ese deje alemán que no ha perdido, pese a llevar tanto tiempo viviendo en España-. Cualquier niño colecciona cuerdas, canicas, piedras. Todos nacemos coleccionando cosas. A mí me gusta la cultura. No solo el arte, también la música. No me pierdo ningún festival Wagner».
Su padre le dijo un día: «Si haces una cosa, que sea de la mejor forma». Y ella se tomó ese consejo al pie de la letra. «Pero también me he equivocado. En la feria de Basilea me dijeron una vez que si volvía a llevar esas piezas me echaban... Poco a poco vas aprendiendo. Hago limpias en la colección de vez en cuando. Hay que limpiar el polvo en las casas, también en las galerías». Recuerda Helga de Alvear que cambió el chip tras visitar en 2002 CaixaForum en Barcelona. «Pensé, al ver las obras que exhibían: ¡Qué maravilla! ¡Nunca tendré esto! No me podía comparar con un banco, pero a partir de entonces empecé a comprar otras cosas. Si es arte reciente, tienes que comprar lo mejor».
«Mi colección no está a la venta -advierte Helga de Alvear-. Me hace mucha ilusión verla en Madrid. Están asustados en Cáceres por si se queda aquí (bromea), pero no: se queda en Extremadura». Tiene por escrito en el contrato que aún tienen que hacer otro edificio anexo para instalar allí la colección definitivamente. ¿Cómo va ese proyecto? «Emilio (Tuñón) ha hecho un proyecto más barato. Sé que quieren hacerlo, hay voluntad, pero no dinero».
«Con el IVA al 21% es imposible competir»
Su primera compra fue una obra de Zóbel. La última, hace solo dos días, una de Julian Schnabel. Coleccionista compulsiva y entusiasta, no tiene pensado dejar la galería que lleva su nombre para centrarse en el coleccionismo: «Mantener una galería es muy caro, pero me divierte mucho. Si no vendo, al menos ayudo a otras galerías comprándoles obras». Es frecuente que así lo haga en ARCO.
Este año la vimos en el «stand» de Guillermo de Osma negociando la venta de un lienzo, que al final se quedó. ¿Qué tal le fue en ARCO? «Muy mal, solo vendí una fotografía de Isaac Julian. Con el IVA al 21% es imposible competir. Al lado de mi "stand" estaba el de Naechst St. Stephan, que vendía obra de alguno de mis artistas al 7%». ¿Afectará eso a su regreso en 2014 a ARCO? «Yo he sido fundadora de esta feria. No voy a estar en otra feria en Madrid. Esas otras ferias satélites que han aparecido en la ciudad son una tontería. Seguiré apoyando a ARCO, aunque pierda dinero».
En Colonia, dice, ha vendido obra de Santiago Sierra: «En Alemania les gusta mucho». Y hablando de Santiago Sierra, que estuvo hace años en el pabellón español en la Bienal de Venecia, ¿qué opina del proyecto de Lara Almarcegui de este año? «No quiero opinar... Será bueno». Helga de Alvear nunca se muerde la lengua y habla muy claro. Aún recuerda cómo el Estado español rechazó la colección Panza di Biumo -una de las más importantes del mundo- para el Reina Sofía: «Les pareció inadecuada. Fue un desastre».
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