Mujeres con poco arte
Quien visite el Museo Nacional de Arte de Cataluña (MNAC) estos días podrá ver dos exposiciones temporales de mujeres artistas: la de la pintora modernista Lluïsa Vidal y la de la fotógrafa alemana Marianne Breslauer, pero estas dos muestras son una excepción ya que el principal museo catalán no había programado una exposición protagonizada por una mujer desde 2009, cuando se pudo ver el trabajo de la fotógrafa Gerda Taro, compañera inseparable de Robert Capa. Será por eso que el MNAC es el centro barcelonés que peor parado sale (junto con Caixaforum Barcelona) en el informe realizado por el Observatorio Cultural de Género (OCG) en el que se analiza la presencia de mujeres, entre 2011 y 2015, en las exposiciones temporales en diez grandes centros culturales de la ciudad.
La relación la encabeza la Fundación Miró, con un 42% de muestras protagonizadas por mujeres, seguida del Arts Santa Mònica, con un 24%; la Fundación Suñol, con un 20%, y el Macba, con un 18%. La Fundación Tàpies alcanza el 14%, La Virreina, el 10%, la Fundación Catalunya-La Pedrera, el 9%; en la Fundación Vila Casas solo es el 6% y, en el MNAC y Caixaforum el estudio da un 0%, ya que en ese periodo no han programado exposición alguna protagonizada por mujeres. Unos índices que arrojan un 14% de media, parámetro insuficiente a todas luces si tenemos en cuenta que el guarismo deseado sería el 33,3% (al que habría que sumar otro 33,3% de los artistas hombres y un 33,3% de colectivas).
El informe Exposiciones de mujeres en los centros de arte de Barcelona se presentó el pasado viernes en la Fundación Tàpies en una sala con un índice totalmente opuesto a los resultados del estudio. Del medio centenar de personas asistentes, el 90% eran mujeres y el 100% de las intervinientes, también. Solo cuatro hombres en la sala mostraron interés por el resultado de este estudio que acaba equiparando la presencia de artistas a las de escritoras que obtienen premios literarios, un 18%, según el estudio presentado en 2015. Ambos colectivos superan a las directoras de cine, que solo representan el 7% en Cataluña y están por debajo de las periodistas presentes en las tertulias, que alcanzan un 25%, según los estudios presentados en 2014 y 2013, respectivamente.
“Son cifras bajas, aunque no bajo mínimos”, explicó la escritora Maria Ángeles Cabré y directora del OCG, que animó a las asistentes a aplaudir los resultados de la Fundación Miró, muy por encima de la media. Cabré, tras apuntar que la mayoría de visitantes de museos y centros culturales en Barcelona son mujeres, remarcó que algunos de los resultados se han conseguido programando una sola muestra, como en el caso de la fotógrafa Colita en La Pedrera, y que en la Fundación Tàpies los resultados habían empeorado tras el estudio: “La anterior directora, Laurence Russell, estaba muy concienciada, pero Carles Guerra no ha programado a ninguna artista en su primera temporada”. En cuanto al Macba, Cabré destacó que el periodo analizado coincidió con la presencia de Paul B. Preciado, reconocido activista transgenero, pero que su dirección no ayudó a alcanzar mejores cifras: “Entró el feminismo al museo y sacó a las mujeres de la sala de exposiciones”, afirmó rotunda.
Durante la presentación se intentaron ver cuáles eran los problemas. Las participantes, entre ellas la comisaria de exposiciones Pilar Cruz y Martina Millà, responsable de programación y proyectos de la Fundación Miró, estuvieron de acuerdo en que la responsabilidad es del programador del centro; que los centros públicos están obligados a buscar esta igualdad de género y, excepción hecha del MNAC, sorprenden estos índices cuando la finalidad de los centros es la búsqueda y exposición del nuevo talento. Para ellas, no hay duda de que el sector del arte es “muy machista”, como lo demuestra otra cifra de interés: en la pasada edición de la feria internacional de Arco solo el 4% de artistas españoles que exponían eran mujeres, mientras que las internacionales alcanzaban el 22%.
Cabré explicó que hará llegar el resultado del informe al responsable cultural de la ciudad, Jaume Collboni, y al de la Generalitat, Santi Vila, “para que reflexionen sobre los datos”, y barajó hacer lo mismo con la alcaldesa Ada Colau, quien “siempre ha mostrado una gran sensibilidad por estos temas”. También se habló de crear, para concienciar tanto a los responsables culturales como a la sociedad en general, un antipremio que reconozca lo poco que se hace por la diversidad de género en la programación de centros culturales y galerías de Barcelona.
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