Diez escritoras contemporáneas que deberías empezar a leer ya mismo (si no lo estás haciendo)
¿Quieres leer escritoras pero no sabes por dónde empezar? Desde CANINO intentamos arrojar algo de luz a esta cuestión presentándote a diez escritoras contemporáneas de gran calidad con pequeñas píldoras que te ayuden a escoger no sólo la escritora, sino la obra que más se adapte a tus gustos.
Mientras la mayoría de lectores, nada más comenzar el año, planifican una serie de retos para motivar la lectura de libros, yo suelo plantearme proyectos que se convierten en un leitmotiv que me sirve de excusa para lo mismo (leer libros) pero se mantienen durante todo el año. O más, incluso. Mi proyecto actual, el que voy a seguir en el 2016, similar a la decisión que tomó Azul Corrosivo y que también explicó en CANINO, tiene que ver con leer únicamente a mujeres, las razones las explico en este post y me está ofreciendo no pocos descubrimientos, además de nuevas perspectivas.
En mi caso particular no es que no leyera mujeres, pero es cierto que leía muchos más hombres. De ahí que este año quiera equilibrarlo un poco más, además de aprovechar para dar difusión a autoras menos conocidas. Me gustaría que se tratase de una evolución y, como tal, me planteo una base: aquellas escritoras que, a día de hoy, sin haber profundizado más, considero imprescindible leer. He establecido otros dos hitos: a los seis meses y al finalizar el año, en los cuales me gustaría ampliar el listado con otro buen grupo de buenas escritoras. Es ambicioso pero va a valer mucho la pena.
Chimamanda Ngozi Adichie (1977): Esta nigeriana es una de mis últimas devociones. Después de leer Americanah (2013) es difícil no rendirse ante su talento. Una novela completísima que trata todo tipo de cuestiones relativas al género y al colonialismo y que, sin embargo, adopta perspectivas diferentes a las habituales sin perder un tono ligero -a pesar de los temas tratados-. Lo bueno de ella es que no es autora de una sola obra, solamente hay que transitar por Medio Sol Amarillo (2006) donde, además, desgranaba parte de la historia de Nigeria o, sencillamente, disfrutar de su clarividencia en ese discurso maravilloso (Todos deberíamos ser feministas) en el que es capaz de demoler el patriarcado en apenas sesenta páginas. Si os gusta, tenéis la suerte de poder encontrar toda su obra publicada y disponible con cierta facilidad. Un verdadero lujo
Lorrie Moore (1957): Esta americana, junto a una canadiense que mencionaré más adelante, es una de las mayores especialistas en las distancias cortas de la actualidad. Dos obras considero claves para saber si te gusta. Su recopilación de relatos Pájaros de américa (1998) es excepcional, presenta la realidad de la sociedad americana desde lo terriblemente cotidiano y con un estilo exquisito adaptado a cada una de las temáticas. El sueño americano no es dulce en sus afiladas palabras. El segundo libro para descubrirla es, curiosamente, una novela, Al final de la escalera (2009). Me consta que mucha gente no ha disfrutado tanto cobn ella pero, sin embargo, la considero un culmen de su estilo, ese lirismo cínico que destila, ese reflejo lacerante de un mundo que no es tan feliz como podríamos pensar. Una gran aspirante a pertenecer al canon de la Gran Novela Americana.
Svetlana Alexiévich (1948): La última galardonada con el premio Nobel de literatura es otra de las últimas escritoras que he añadido a mi selección particular. La culpa la tienen dos libros excelentes: Voces de Chernóbil (1997) y La guerra no tiene rostro de mujer (1985). Su técnica consiste en coger un conflicto de algún tipo (el desastre de de Chernóbil o la Segunda Guerra Mundial, por ejemplo) y realizar entrevistas a personajes que tuvieron que ver con él y que, sin embargo, nunca han podido dar voz a sus vivencias. La autora enlaza todos los testimonios para dejar por escrito una verdadera historia oral, la de aquellos olvidados. Naturalmente se centra en la mujer y consigue dotar de perspectivas radicalmente distintas a las esperables a la narración. Esto es especialmente palpable en el segundo de estos libros, donde el típico relato guerrillero se centra en aspectos de otra índole que enriquecen cualquier pensamiento que pudiéramos tener preconcebido. Estamos de suerte: en marzo se publica otro libro de la bielorrusa y hay un tercero disponible. Es buen momento para disfrutarla.
Margaret Atwood (1939): Llevo ya mucho tiempo siguiendo a la canadiense. Esta comprometida ecologista y feminista es un caudal de buena literatura en la que no falta la ciencia-ficción o la novela policíaca, pasando por la poesía y el relato corto. Conocerla es amarla, pero hay que conocerla bien, y para ello lo mejor es irse a dos de sus obras clave: El cuento de la criada (1985) y El asesino ciego (2000). La primera es una distopía muy particular que le sirve como reflejo del papel de la mujer en la sociedad; la segunda es un relato aparentemente más decimonónico que se alterna con una serie de narraciones de género que parecen ir paralelas a la narración original. Ambas son prodigiosas, utilizando diferentes estrategias. Si no te gustan estas obras, es muy probable que no sea tu escritora. Sin embargo, si te gustan, probarás con todo.
Joyce Carol Oates (1938): La estajanovista literaria por excelencia, una de las autoras actuales más prolíficas y, como muchos que me conocen saben, una de mis escritoras preferidas desde hace mucho tiempo. El problema de enfrentarse a ella viene, precisamente, de esta virtud; hay tantos libros, de tantos géneros y con tantos estilos diferentes que es muy probable que, si no dispones de alguna orientación, no encuentres la obra que te una definitivamente a ella; máxime teniendo en cuenta que no toda su obra está en castellano. Mientras pienso en acometer una Guía para Principiantes más detallada en el futuro os pongo varias de las obras que podrían servir para acercarse a ella: si te gustan los cuentos con tintes de género (policíaco o terror) Infiel: historias de transgresión (2001) es una buena opción; si prefieres la larga distancia y te gustan los experimentos postmodernistas y los juegos de estilo, Puro fuego (1993) o Hermana mía mi amor (2008) serían opciones excelentes; si por el contrario prefieres una narración más clásica, A media luz (2001) desborda por su elegancia; si, al fin y al cabo, no te quieres arriesgar demasiado pero quieres que se desgarre el corazón al leer entonces ve a por Violación: Una historia de amor (2003). No será por falta de posibilidades.
Alice Munro (1931): En efecto, esta arquitecta del relato corto siempre consigue que disfrute con cada una de sus palabras. No encontraréis relatos largos en su caso; me gusta avisarlo porque no todo el mundo gusta de los relatos breves. Teniendo en cuenta esto, hay dos vertientes que utiliza para crear sus antologías: unir las historias por un nexo común argumental (al estilo de un ciclo de relatos) o bien ligarlas de manera más difusa, por temáticas o hilos más sutiles (con lo cual cada relato parece unitario). En el primer tipo una buena aproximación es La vida de las mujeres (1971), y en el segundo, Las lunas de Júpiter (1982) es apasionante y presenta una variedad de mujeres que vale la pena descubrir.
A.S. Byatt (1936): Posesión (1990) es La Novela de Campus, sin más. Complejísima aproximación al subgénero que goza aquí, posiblemente, de su mayor estado de gracia, con una prosa que se une indisolublemente a lo poético y donde la autora demuestra una inteligencia sobrenatural, una cultura muy por encima de lo que estamos acostumbrados y, sí, por qué no decirlo, una erudición no exenta de calidez. Podría recomendar otras obras suyas más accesibles (como Ángeles e insectos -1992.), pero no vale la pena. A las/los buenas/os escritoras/es hay que descubrirlas/los con lo mejor que han hecho.
Hilary Mantel (1952): Esta escritora británica ha despertado no pocas polémicas con su visión de la época de los Tudor; sobre todo por su particular aproximación a ciertos personajes y hechos que desafían profundamente la versión historicista (y más conocida). Independientemente de esto, En la corte del lobo (2009) es un intento maravilloso de alejarse de cánones y, mediante una perspectiva distinta (la de Cromwell), construir una novela magnífica que no puedo dejar de recomendar. Siempre me sorprende el tono de su prosa, distante, aparentemente frío y, sin embargo, totalmente cautivador.
Siri Hustvedt (1955): No voy a decir que es la esposa de equis, como hacen en todos los medios. Sinceramente, esta novelista estadounidense merece por sí misma el éxito que tiene. No he leído muchas novelas suyas pero El mundo deslumbrante (2014) es tan buena que muy malas tendrían que ser las anteriores para quitarme esta opinión. No es fácil de leer y los temas que trata no son sencillos, pero es una novela completísima donde une el arte con el papel de la mujer y lo confronta con el patriarcado estructural de una manera muy elegante, donde la estructura es muy ingeniosa y los géneros se diluyen en una mezcla de autobiografía, ensayo y novela. Sin duda vale la pena tenerla en la mesilla de noche.
Jhumpa Lahiri (1967): Su exotismo (hindú-americana nacida en Londres) y juventud no deben ensombrecer una carrera sólida (hasta tiene un Pulitzer) en la que se ha adentrado en estudios postcolonialistas mediante la presentación de protagonistas inmigrantes, tanto de primera como de segunda generación. Su foco en la crítica a los regímenes imperialistas (que también realiza a la perfección Chimamanda) es firme pero no monopoliza una narración llena de claroscuros y en la que se dignifica y enriquece el papel de la mujer en nuestra sociedad. En cuanto a las opciones para introducirse en su carrera, tanto Tierra desacostumbrada (2008) como La hondonada (2013) parecen buenos comienzos.
Comentarios
Publicar un comentario