Místicas y 'salonnières'





Catherine de Vivonne, más conocida como la marquesa de Rambouillet, alcanzó el cénit de su fama en el París prerrevolucionario gracias a las recepciones que organizaba en uno de los muchos salones de su casa. La acogedora estancia, de color azul y proporciones más íntimas que los enormes salones palaciegos, pronto se convirtió en sinónimo de poder: allí se hablaba de política, economía y filosofía, no de frivolidades, y se perfeccionaba el arte de la conversación con invitados como Balzac y La Fontaine. 
De la famosa chambre bleu de Rambouillet y de otras célebres salonnières, mujeres ilustradas que lideraron la cultura europea, hablará la historiadora Isabel Gascón el próximo jueves en una conferencia que forma parte de Heroïnes de la història, un ciclo de Biblioteques de Barcelona centrado en «mujeres empoderadas» que a lo largo de los siglos cambiaron el curso de la historia gracias a su valentía, inteligencia y entusiasmo. 
Gascón también destaca a Madame de Lambert, «cuyo salón gozó de un prestigio intelectual tan enorme que era muy difícil llegar a miembro de la Académie Française sin haber sido previamente recibido o recomendado por ella» y a otra célebre salonnièreMadame de Geoffrin, «que representa mejor que ninguna otra el espíritu transgresor de los salones. Es impensable, fuera de este contexto y en esa época, que una mujer burguesa llegara conocer monarcas europeos, o que mantuviera correspondencia con Catalina II de Rusia», explica.
El ciclo incluirá a mujeres como la intelectual Anne-Louise Germaine Necker, más conocida como Madame de Staël, archienemiga de Napoleón, enamoradiza y de fulgurante conversación, considerada por muchos como la «madre espiritual de la Europa moderna». O la británica Emmeline Pankhurst, fundadora del Women's Party, ampliamente criticada por sus tácticas violentas (casi militares) para conseguir el voto femenino, a la que Meryl Streep ha encarnado recientemente en la película Suffragette. «La verdad es que Streep sale poco, pero la película está muy lograda históricamente y creo que da una imagen muy certera del momento y de lo que supuso el sufragio universal», comenta afirma Josep Lluís Martín Berbois. «Pero tengo que añadir que muchos de los hechos que ocurrieron en Inglaterra aquí no pasaron, la sociedad y la política de ambas eran bastante diferentes», añade el que será el responsable de ilustrar la complicada senda hacia el sufragio femenino en España (no llegó hasta 1933, aunque fue aprobado en la Constitución de 1931) de la mano de mujeres como Carmen Karr, Clara Campoamor, Victoria Kent y Rosa Maria Arquimbau.
«La idea era huir dentro de lo posible de las individualidades», explica la organizadora del ciclo, M. Àngeles Cabré, que también es la responsable del Observatori Cultural de Gènere. El Observatori, por cierto, lleva tres años promoviendo iniciativas destinadas a visibilizar las desigualdades que existen en el mundo cultural. Su último informe arroja luz sobre los premios literarios: en Cataluña, sólo el 18% los ganan las mujeres. 
El ciclo, que empezó ayer con una introducción general sobre barcelonesas ilustres, arranca cronológicamente el próximo martes con una charla en la Biblioteca de Vallcarca y Penitents titulada Las místicas y los monasterios femeninos, donde Pablo Acosta abordará dos de las figuras femeninas que marcaron el devenir de la Edad Media, la española Santa Teresa de Jesús y la alemana Hildegard de Bingen, con un currículum inigualable: abadesa, líder monacal, mística, profetisa, médica, compositora, escritora y patrona de los esperantistas.
El ciclo seguirá con las citadas salonnières, las abolicionistas (con Rosa Parks a la cabeza), las sufragistas y terminará con las guerrilla girls. Un abanico de nombres «hiperpotentes» en el que no faltarán la ensayista María Zambrano y Zenobia Camprubí, una de las primeras feministas españolas, traductora de Tagores y esposa del Premio Nobel Juan Ramón Jiménez.

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