El Musac pierde el pudor con Carolee Schneemann



Escandalizó con sus películas, odas a la carne y al sexo explícito. Y fue una de las primeras en apuntarse al feminismo artístico. León descubrirá de la mano del Musac a uno de los hitos del arte contemporáneo norteamericano, la veterana Carolee Schneemann (Pensilvania, 1939), la artista que durante décadas en Estados Unidos ha sido ‘la conciencia rompedora’ —como tituló una conferencia—.
La retrospectiva Carolee Schneemann: Obras de historia reunirá en el museo leonés a partir del 19 de julio sus obras más destacadas, desde Meat Joy (1964) hasta algunas que critican las intervenciones militares en Vietnam o los conflictos en el Líbano de 1980, concluyendo con variadas piezas recientes que se exhiben por primera vez en Europa, como el fotomontaje titulado Terminal Velocity (2001).
Controvertida por su posicionamiento en cuestiones de sexo, también ha combatido en otros frentes. Sus vaginas gigantes y sus performances eróticas fueron a mediados del siglo pasado un auténtico puñetazo a las conciencias más puritanas. Admirada por artistas de la talla de Andy Warhol, Schneemann no tuvo dificultad para hacerse un hueco en los círculos artísticos en los años 50 y 60, dominados casi en exclusiva por los hombres.
En El Gran Lebowski, la película de los hermanos Coen protagonizada por Dude —al que da vida el actor Jeff Bridges, en uno de sus papeles más memorables—, la artista Maude Lebowski, hija del estrambótico millonario (papel que interpreta Julianne Moore) es un personaje basado en la artista Carolee Schneemann.
Cada una de sus obras ha supuesto una bofetada a los convencionalismos artísticos. Pionera también de las performances, en una de ellas ocho parejas parcialmente desnudas bailan con materiales como la pintura fresca, embutidos, pescado crudo, pollo y desechos. Schneemann también ha utilizado el cine como herramienta artística. Una de sus cintas más conocidas es Fuses (fusibles), de 1965, en la que la autora se filma junto a su compañero para lograr una película «diferente a toda pornografía que se haya visto, ya que no hay cosificación ni fetichización de la mujer», según su propia versión.
En su obra Rollo Interior, de 1975, Schneemann extrae hacia el final de la presentación un rollo de su vagina, para simbolizar que del cuerpo femenino sale el conocimiento.
La exposición de Musac estará centrada en subrayar su compromiso inquebrantable con el registro de la historia en el momento en que ciertos acontecimientos tienen lugar.

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