Los Minangkabau de Sumatra_Los Matriarcados


Los MatriarcadoSiempre he sentido la necesidad de entender el porqué de las graves discriminaciones que sufre la mujer en el mundo. Y en esta búsqueda por el conocimiento he encontrado sociedades matriarcales donde las mujeres son el pilar que estructura la sociedad.
Mujeres reconocidas por su sabiduría, por la habilidad que muestran en la gestión de la economía, en el trabajo, en la organización de la sociedad y de la ley. Mujeres cuya autoridad es valorada por todos. Mujeres que gobiernan sus vidas con equidad entre hombre y mujer.

Son sociedades en las que matriarcado no significa lo contrario de patriarcado, sino otra manera más igualitaria de organizar la vida.


La Sociedad Minangkabau

La Sociedad Minangkabau
Hay un lugar en el oeste de Sumatra donde el cariño y la generosidad de la madre son valores respetados y queridos por todos y conforman la esencia de esta sociedad basada en el amor.

Entre los minangkabau la naturaleza es una maestra que guía. Hay que aprender lo que nos enseña, pero solo los aspectos benignos y desechar los aspectos malos de ella.

La herencia de los antepasados: la casa, las tierras y los objetos de valor, la heredan sólo las mujeres, pero para ellas no es una fuerza que da poder sino respeto hacia sus antepasados.

Según la tradición minangkabau, en la boda de Imel, durante el convite, los novios se sientan en un trono compartido, que significa que son uno en cuerpo y alma y que todo lo hablan entre ellos, porque son como “uña y carne”, los dos se complementan. La pareja vivirá en casa de los padres de la novia, como es la costumbre aquí.

En la escuela, en la familia y en las reuniones del distrito o de la aldea, la mujer transmite el Adat, la profunda filosofía de esta sociedad que se basa en la importancia del “ser” más que en el “tener”, una comunidad llena de espiritualidad y amor. Está cimentada en el acuerdo mutuo entre el hombre y la mujer en la toma de decisiones de la vida, para resolver todos los problema de la familia y de la comunidad.

Mi trabajo de fotógrafa y antropóloga me llevó allí hace unos meses. Entre los minangkabau percibí una sutil belleza en el corazón de su gente y me enamoré de su alma bondadosa. Me sentí como en casa, acogida, querida. Este viaje cambió mi manera de sentir y de ser y quiero explicaros como son.


Las Herederas

Las Herederas
Hay un lugar en el mundo donde las mujeres heredan la tierra.

Un lugar en el que la casa y los bienes de la familia pasan de madres a hijas y donde el linaje lo transmiten las mujeres.

Entre los minangkabau el principio materno educa a los niños en el respeto a los mayores. El cariño a los hijos se vive de una forma natural, desde el constante diálogo con ellos, nunca con el castigo o la imposición. Niní enseña a sus hijos la amistad y a dar amor a los más débiles, también que, por el bien de todos, los enfados deben resolverse en tres días.

En Sumatra, al oeste de la isla, viven los minangkabau, una comunidad de más de cuatro millones de personas cuyas tradiciones ancestrales -denominadas Adat- sitúan a la madre en el centro de la sociedad.

Pero los minangkabau son musulmanes. Y la religión y la presión de un estado patriarcal, auguran tiempos difíciles para esta tradición que ellos mismos denominan matriarcado.


El Origen

El origen
Todo empezó aquí, en las laderas del volcán Merapi. Hace más de 2.500 años, cuando llegaron a Sumatra pueblos austronesios.

Su cultura se forjó en antiguos reinos animistas que relacionaban la esencia de la vida con la fertilidad de los campos y la fecundidad de la mujer. Entre los minangkabau la maternidad relaciona el ciclo de la vida con la tierra. Al igual que las plantas nacen de las semillas. La madre está cerca de los hijos, regenera la especie, la legitimiza y nutre a la prole con una educación basada en la generosidad y el bien común y en las buenas relaciones entre los clanes.

Los valores matriarcales que contiene el Adat son transmitidos también por los hombres. Ellos recitan sus enseñanzas pero la esencia transformadora y social está en el mismo cuerpo de la madre que recrea la divinidad. Adat son las tradiciones y costumbres locales transmitidas de generación en generación.

Podría parecer que nada ha cambiado…


El Adat y el Islam

El Adat y el Islam
El islam llega a Sumatra en el siglo XIII, proveniente de la península arábiga, a través de mercaderes musulmanes que monopolizaban el comercio de las especies, y se instaló en la isla hasta convertirse en la religión dominante a finales del XVI.

Durante mucho tiempo el Adat y el islam convivieron pacíficamente. Pero, en 1835 el poder político musulmán quiso acabar con aquellas “tradiciones paganas” y abolir la descendencia matrilineal, tan poco afín a su doctrina.

El resultado fue una guerra civil que -con la ayuda decisiva de los colonizadores holandeses- acabó con el poder de los sultanes.

Se asentó la ascendencia por línea materna, centro de la sociedad minangkabau, como eje común y sagrado también de la sociedad islámica. Reza el Corán: “el cielo está bajo el pie de la madre”. El islam se sincretizó, pues, con las tradiciones locales pre-islámicas: el Adat.

Pero este equilibrio se tambalea de nuevo.


El Consenso

El consenso
El consenso es el pilar sobre el que se asienta esta sociedad. Desde hace más de 35 años, una vez al mes, Anisah Ardah, de 78 años, Bundo Kanduang, del Nagari, un barrio de Bukittinggi, reúne a las mujeres para hablar de los problemas que afectan a las familias de la comunidad. La Bundo Kanduang es un cargo político.

Durante estas reuniones se organizan las fiestas y celebraciones, como las bodas, los bautizos, las ceremonias de la muerte…, también se resuelven las riñas familiares. Anisah es una madre y una consejera. Por ejemplo, me explica Anisah, si hay una mujer que tiene dificultades en su casa, sea de la índole que sea, va a hablar en privado con ella. Entonces Anisah, sin dar el nombre de la mujer, expone el caso de una manera general a las otras mujeres y todas opinan y dan una visión poliédrica del problema, una visión formada por el pensamiento de muchas y así, ella, podrá resolver con mayor distancia y serenidad la cuestión.

En las convocatorias se elabora el “inti” que es una bola de harina de gluten rellena de coco y azúcar. El “inti” simboliza consenso que es la base de la sociedad minanglabau, tan diferente al resto de Sumatra.

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