E l cielo de Estados Unidos ardió en fuegos artificiales. Fue el 4 de julio de 1971. Michael Stern Hart fue a verlos y, al volver a casa, entró en una tienda de comestibles. En la bolsa de la compra introdujeron, como regalo, un pequeño libro con la Declaración de Independencia de EEUU. Al llegar al apartamento, encendió su máquina de teletipo, copió el texto e intentó enviarlo al centenar de usuarios que usaban entonces la red Arpanet . El sistema no podía transmitir una información tan pesada y el estudiante de interfaces la empaquetó en un archivo descargable. La Historia atribuyó a Hart la invención del libro electrónico pero unas décadas antes, muy lejos de ahí, ocurrió algo insospechado que ya vislumbraba el ebook y la tableta digital. Fue en la España aciaga de los años 40. En El Ferrol del Caudillo. En esa ciudad militarizada vivía una maestra llamada Ángela Ruiz Robles . Había nacido en 1895, en Villamanín (León), pero a los 23 años aprobó unas oposic