La mujer que fascinó a Nietzsche, Freud y Rilke (entre muchos otros)
Nacida en San Petersburgo, Lou Andreas Salomé (1861-1937) fue una escritora, pensadora y psicoanalista que figuró en los círculos intelectuales más notables de la Europa de finales del siglo XIX. A pesar de convivir con las mentes más privilegiadas de su época, ella es hoy virtualmente desconocida.
Hija de un general ruso que trabajaba al servicio de la familia Romanov, a los 17 años conoció a su primer mentor, Henrik Gillot, maestro de los hijos del zar que la iniciaría en teología y en literatura francesa y alemana. Gillot, casado y con hijos, se enamoró rápidamente de Lou y pidió su mano, pero ella lo rechazó.
En 1880, Lou viajó a Zúrich con su madre, donde cursó estudios de dogmática e historia de la religión en la Universidad de Zúrich. Dos años después se trasladó a Roma, donde conoció a Paul Rée (quien sería su amante durante un tiempo) y a Friedrich Nietzsche, con quienes establecería un trío intelectual apabullante. Sus viajes y estudios continuaron, hasta que en 1887 conocería al hombre con quien se casaría, Carl Friedrich Andreas. El matrimonio con Andreas, que duró hasta la muerte de él, en 1930, nunca fue consumado, pues se dice que él la chantajeó con suicidarse si no aceptaba casarse con él y que siempre vivieron en casas separadas, además de que Lou mantuvo relaciones con otros hombres durante el resto de su vida.
Salomé mantendría una independencia económica de su marido escribiendo artículos y libros. Fue la primera en publicar estudios sobre la obra de Nietzsche, seis años antes de la muerte del filósofo, quien en algún punto se enamoró de ella y le pidió matrimonio, propuesta que ella, una vez más, rechazaría. Algunos estudiosos creen que fue en esta etapa y bajo la influencia del desencanto que Nietzsche escribiría Así habló Zaratustra.
En 1897, ya casada con Andreas, Lou conoció al escritor Rainer Maria Rilke, con quien mantendría una relación amorosa durante muchísimos años. El joven poeta, quince años menor que ella, se enamoró instantáneamente de Lou, que al principio lo rechazó. Después de tiempo y tras la insistencia de Rilke, ella accedió a tener una relación con él, que siempre osciló entre el amor, la amistad, la admiración, el amor platónico y una relación creativa muy profunda. Prueba de su prolongada e intensa relación son las cartas de amor que se escribieron y que aún se conservan. Entre otras muchas cosas, ella le enseñó ruso a Rilke, para que este pudiera leer a Tolstói y a Pushkin.
En 1902, tras el suicidio de Paul Rée, Salomé entró en una profunda crisis de la que saldría con la ayuda del doctor vienés Friedrich Pineles. Ella mantendría una relación amorosa con él que resultaría en un aborto voluntario por parte de Lou.
En 1911, ella conoció a Sigmund Freud e inmediatamente se enganchó con el psicoanálisis, siendo la única mujer aceptada en el Círculo Psicoanalítico de Viena. Ambos mantendrían una relación amistosa de profundo respeto y cariño durante el resto de sus vidas. A partir de 1915, ella comenzó a dar consulta psicoanalítica en la ciudad alemana de Gotinga.
Lou Andreas Salomé murió en 1937, a los 76 años de edad, a causa de una falla renal. Su pensamiento mezcló el psicoanálisis freudiano con la filosofía de Nietzsche y sus estudios se basaron, principalmente, en el narcisismo y en la sexualidad femenina.
Se trata de una mujer que vivió su vida con una extrema libertad, fuera de lo común para su época; ella fue un ícono de la mujer liberada de principios del siglo XX. Y a pesar de que extrañamente permanecería en la región sombría de la memoria histórica, lo cierto es que algunos de los hombres fundamentales de los últimos cien años suspiraron más de una vez por ella.
Vamos a hablar de una mujer intelectual, de una pensadora muy valiosa, através de sus relaciones amorosoras con otros hombres fascinantes. Para qué hablar de su legado como creadora si podemos hablar de su vida íntima. Cuando se habla de Nietzsche, Freud o Rilke no se hace un dossier sobre todas las mujeres con las que se relacionaron, se habla directamente de su obra, se los estudia. Queriendo dar visibilidad a una mujer fascinante, caemos en el seximo intentando buscar su valía através de todos los hombres a los que encandiló. Muy bien. Buen intento.
ResponderEliminarSi es cierto lo que dices,y tengo algo de conocimiento del legado de estos personajes, pero al mismo tiempo hay quienes nos gusta leer historias e imaginar a través de la lectura lugares y personajes que recrean una época en el tiempo.
EliminarSi es cierto lo que dices,y tengo algo de conocimiento del legado de estos personajes, pero al mismo tiempo hay quienes nos gusta leer historias e imaginar a través de la lectura lugares y personajes que recrean una época en el tiempo.
EliminarTengo muy claro que es la forma en que se presenta el texto, en parte alguno veo que ella valga por los hombres, al contrario la muestra tan valiosa que los fascinó, historias como estas las he leído en biografías de Napoleón, y es el mismo tipo solo cambia el sexo del protagonista, creo que no se trata de una biografía, sino algo más en el sentido de enganchar a lectores no asiduos a estos temas a conocer, son narrativas.
EliminarTienes toda la razón Leila, ¿por qué para ver la valua de una mujer siempre se habla de ella y su reconocimiento a través de sus hombres?. No es garantia de nada! conozco hombres muy doctos casados y enamorados de mujeres absolutamente tontas!
ResponderEliminarVamos a ver su obra por favor!
Dos opiniones muy diferentes y ambas tienen sentido.
EliminarUna mujer en sí, es tan grande y tiene tantas facetas que todas pueden ser elogiadas. Esto es lo que pienso.