Arabia Saudita celebra las primeras elecciones abiertas a mujeres






Es incompleto, parcial, limitado, pero también, sin duda, un logro histórico. Así ha definido la organización no gubernamental Human Rights Watch (HRW) las elecciones municipales que se disputan este sábado en Arabia Saudí, las primeras en las que las mujeres podrán votar y ser candidatas.
La directora de HRW para Oriente Próximo, Sarah Leah Whitson, ha destacado que "el Gobierno debe resolver los problemas que hacen difícil a las mujeres participar y progresar para crear una tendencia que facilite nuevas reformas sobre los derechos de la mujer", para que el avance sea real.
"Las mujeres saudíes han hecho frente a importantes obstáculos en su lucha por el derecho a votar y presentarse a las elecciones municipales, pero su participación el 12 de diciembre enviará un mensaje firme a la sociedad saudí de que las mujeres continúan su camino hacia una mayor participación en la vida pública", ha agregado.
Según los datos publicados del Ministerio de Asuntos Municipales y Rurales y recogidos por Saudi Gazette, un total de 6.917 candidatos -5.938 hombres, 979 mujeres- se han registrado para optar a los puestos en los 284 consejos municipales que se elegirán en todo el reino.
Las últimas elecciones municipales en Arabia Saudí se celebraron en 2011 y ya entonces el anterior monarca, Abdulá, anunció que en las siguientes las mujeres podrían votar y ser candidatas citando "un rechazo a marginar el papel de la mujer en la sociedad saudí". Su sucesor, el rey Salman, ha mantenido esta decisión.

MUCHÍSIMO POR HACER
A pesar del avance, el voto femenino todavía está sometido a numerosas dificultades en Arabia Saudí. Para las elecciones hay ahora mismo 130.600 mujeres registradas para depositar su voto, un número que palidece con el 1.300.000 hombres listados, debido sobre todo a la falta de conocimiento sobre el proceso electoral en la población femenina.
Además, las dificultades de transporte -las mujeres saudíes aún no tienen permiso para conducir- están causando problemas adicionales en las tareas de registro.
A ello hay que añadir las limitaciones comunes a todos los candidatos, que no pueden emplear ni mezquitas ni edificios públicos, escuelas o centros deportivos para hacer campaña. El uso de logotipos o eslóganes oficiales, símbolos religiosos, históricos o tribales tampoco están permitido.
Arabia Saudí es uno de los países en los que los derechos de las mujeres están más coartados. Según Amnistía Internacional, "sufren una discriminación sistemática en la ley y en la práctica" pese a los "pequeños pasos hacia delante" dados, como el que se les haya autorizado a votar.
En este sentido, HRW ha apuntado que las mujeres saudíes han hecho frente a problemas para demostrar su identidad y su residencia -debido a que habitualmente no tienen a su nombre las casas o las facturas-, al tiempo que ha recordado que sufren mayores dificultades que los hombres a la hora de conseguir los documentos necesarios.
Las autoridades electorales han impuesto además una segregación estricta durante la campaña electoral, prohibiendo a los candidatos dirigirse a miembros del sexo opuesto sin la mediación de un portavoz, lo que es discriminatorio para las mujeres, ya que la mayoría de los votantes son hombres.
Por último, la ONG ha criticado el sistema de guardianes, que sigue intacto en el país a pesar de las promesas de abolirlo. Según el mismo, las mujeres no pueden obtener un pasaporte, casarse, viajar o recibir educación superior sin la autorización de un guardián, que suele ser el marido, padre, hermano o hijo

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